El tradicional Himno a Cosquín fue interpretado por el Ballet Camin y por el Ballet de la Costa, y dirigido por Rodolfo Uez. Los bailarines lucieron remeras con la bandera argentina, así como también coloridos trajes tradicionales. La huella, el triunfo, el Himno en su esplendor, en la coreografía se amalgaman visiones modernas y lo más tradicional del folclore nacional. Una bandera argentina cruza el escenario mayor y ondea en el viento frente al aplauso del público presente; el blanco y celeste emocionan en la noche coscoína. “Argentina” es coreada por bailarines y públicos que ansiosos esperan la llegada del llamado tradicional del Festival. Suena el “Aquí Cosquín” en la voz de Fabián Palacios, y Miguel Ángel Gutiérrez emociona con la arenga, bajo los colores de los fuegos artificiales. Cosquín canta “las cosas que merecen ser cantadas”. Y la fiesta coscoína se pone en marcha en la Plaza Próspero Molina.
EL CHAMAME INUNDO LA PLAZA
La música de “Los Alonsitos” invadió la plaza festivalera. Con tribunas repletas y las palmas en el aire, el chamamé contagió de alegría a todos los presentes. El grupo puso con su música a todos de pie para el baile. Se pudieron escuchar temas como “Serenata de la luna coscoína”, “Otro cariño” y “No quisiera Quererte” (dedicada a su autor, Horacio Guarany), así como temas clásicos del conjunto como “Un chamamé y un carnaval” que tuvo el reconocimiento de la plaza bailando y coreando la canción.
El ritmo contagioso del conjunto litoraleño plegó de ambiente carnavalero la primer luna del Festival. Durante más de cuarenta y cinco minutos “Los alonsitos” llenaron la Próspero Molina de sapucay, parejas de baile y fiesta festivalera. Así el chamamé inauguró la primera noche del 49º Festival de Folclore de Cosquín. Y mientras el telón separaba a los músicos de su público, los aplausos no dejaron de sonar.
El ritmo contagioso del conjunto litoraleño plegó de ambiente carnavalero la primer luna del Festival. Durante más de cuarenta y cinco minutos “Los alonsitos” llenaron la Próspero Molina de sapucay, parejas de baile y fiesta festivalera. Así el chamamé inauguró la primera noche del 49º Festival de Folclore de Cosquín. Y mientras el telón separaba a los músicos de su público, los aplausos no dejaron de sonar.
PRIMERA LUNA COSCOINA
La chaqueña Maia Sasovsky tuvo el papel de presentar a las nuevas voces del folclore, amadrinando así a los artistas que surgen. Nuevas historias son cantadas en la Plaza abierta a todos los pueblos de América, voces llenas de aires frescos y de energía. Así la locutora dio lugar al escenario al “Dúo Moire” Ganador del Pre-Cosquín 2008, oriundos de Casilda, provincia de Santa Fe. Una pareja, promesa del folclore que fue muy bien recibida por el público coscoíno. Entonando “Chamamé de los Esteros” describieron aquellos pagos donde el viento empuja la música que lo llena todo.
A la media noche el libretista Marcelo Simón, responsable de largos años de locución en el Festival, hizo la presentación de la Delegación Oficial de la Provincia de la Rioja. Sus palabras invitaron a recorrer aquellos paisajes cuyanos, plagados de historias y personajes. Las anécdotas floraron de su boca con la dulzura de las palabras sentidas; aquel escritor, trajo la belleza de La Rioja.La Tierra del Carnaval desplegó en el escenario Atahualpa Yupanqui la magia de su cultura. Se cantó a la zamba, a la infancia, a la mama, al recuerdo. El baile se unió al canto y la provincia de La Rioja se lució en el escenario.Micaela Rivero canto frente a un público atento y sensible. Cristian Guzmán, Ganador del Pre-Cosquín 2008, llenó de música y poesía la cálida noche. También participó de la primera luna coscoína Tubo Moya, promesa del canto de La Rioja. Carlos Difulvio fue uno de los exquisitos placeres de la noche. Con el dulce sonido de su guitarra y la poesía de cientos de anécdotas, el artista fue ecuchado con respeto, cariño y mucha admiración. Un poeta de nuestro tiempo, su semblante en el escenario es indudable. A lo largo de su repertorio hizo homenajes a grandes artistas y personajes de la historia nacional, haciendo un gran hincapié en el Cura Brochero. Desde allí, su reflexión sobre la manera-de-hacer es una invitación a la acción y la esperanza. Para despedirse, después de que el público lograra retenerlo, se despidió con “Campo Afuera” cantada por la mayoría del público presente.UNA
A la media noche el libretista Marcelo Simón, responsable de largos años de locución en el Festival, hizo la presentación de la Delegación Oficial de la Provincia de la Rioja. Sus palabras invitaron a recorrer aquellos paisajes cuyanos, plagados de historias y personajes. Las anécdotas floraron de su boca con la dulzura de las palabras sentidas; aquel escritor, trajo la belleza de La Rioja.La Tierra del Carnaval desplegó en el escenario Atahualpa Yupanqui la magia de su cultura. Se cantó a la zamba, a la infancia, a la mama, al recuerdo. El baile se unió al canto y la provincia de La Rioja se lució en el escenario.Micaela Rivero canto frente a un público atento y sensible. Cristian Guzmán, Ganador del Pre-Cosquín 2008, llenó de música y poesía la cálida noche. También participó de la primera luna coscoína Tubo Moya, promesa del canto de La Rioja. Carlos Difulvio fue uno de los exquisitos placeres de la noche. Con el dulce sonido de su guitarra y la poesía de cientos de anécdotas, el artista fue ecuchado con respeto, cariño y mucha admiración. Un poeta de nuestro tiempo, su semblante en el escenario es indudable. A lo largo de su repertorio hizo homenajes a grandes artistas y personajes de la historia nacional, haciendo un gran hincapié en el Cura Brochero. Desde allí, su reflexión sobre la manera-de-hacer es una invitación a la acción y la esperanza. Para despedirse, después de que el público lograra retenerlo, se despidió con “Campo Afuera” cantada por la mayoría del público presente.UNA
REFLEXION Y FIESTA POPULAR
¿Qué es folclore? ¿Qué debería entrar en el festival? ¿Puede o debe quedar algo fuera? Estos dilemas son pensados desde el primer Festival. Hubo años donde la idea de algo nuevo, algo diferente fue demasiado lejana para el público coscoíno, y propuestas fueron rechazadas. Otros muchos donde esas nuevas olas fueron aceptadas y festejadas en el escenario mayor. Marcelo Simón planteó el debate en la plaza, dejando solo preguntas, dudas que valen más que mil respuestas.
Con ellas, abrió el espacio para una propuesta latinoamericana, y dio lugar a uno de los momentos más entretenidos de la noche. Hizo su presentación en la primera luna el grupo Illapu, oriundo de Chile. El conjunto, que posee una gran instrumental, es renombrado a nivel internacional. Trajo consigo un repertorio de canciones que inundó al público de alegría y fiesta. Las banderas del país andino ondearon en la plaza y el público se llenó la voz con sus canciones. “Negro José” empezó a sonar al ritmo de los charangos y las voces del conjunto. Con todos los carteles en alto, la Plaza Próspero Molina se llenó de bailes, encuentros y el canto de muchas personas. La música latinoamericana tiene una cita obligada con el Festival, y la música de Illapu tiene variantes, mixturas, gamas de todos los colores, reflejo de su hogar y de su historia. Un saxofón se une al charango y la música carnavalera llena entre las filas de coreografías improvisados entre las filas, y bailarines que saben como divertirse.
El grupo invitó al escenario al Dúo Coplanacu. Los dos conjuntos cantaron la Zamba de Lozano, de Cuchi Leguizamón. La bienvenida que el público le dio al dúo puso en evidencia el afecto que une a los coplanacu con el Festival de Cosquín. El conjunto Illapu recorrió temas como ¿qué hacen aquí? Y Sincero, Positivo; entrelazando ritmos de los pueblos latinoamericacnos. Mientras la plaza cantaba cada letra, el público deleitó con su modo mestizo. Cuando el repertorio fue concluído, la ovación fue tal, que el conjunto debió regresar al escenario para brindar un poco más de su música. La fiesta se llenó de la armónica de Paco Garrido, Los Soñadores, Cantoral y Los Jilgueros. Por su parte, Bruno Arias, invitó al Ballet ganador del Pre-Cosquín 2009 Juventud Prolongada, procedentes de la cede San Pedro de Jujuy. De esta manera, los bailarines acompañaron la música norteña, coronando la noche coscoína.Ya se preparaba el ritmo de la chacarera traida de la mano de Los Carabajal en el cierre.
Con ellas, abrió el espacio para una propuesta latinoamericana, y dio lugar a uno de los momentos más entretenidos de la noche. Hizo su presentación en la primera luna el grupo Illapu, oriundo de Chile. El conjunto, que posee una gran instrumental, es renombrado a nivel internacional. Trajo consigo un repertorio de canciones que inundó al público de alegría y fiesta. Las banderas del país andino ondearon en la plaza y el público se llenó la voz con sus canciones. “Negro José” empezó a sonar al ritmo de los charangos y las voces del conjunto. Con todos los carteles en alto, la Plaza Próspero Molina se llenó de bailes, encuentros y el canto de muchas personas. La música latinoamericana tiene una cita obligada con el Festival, y la música de Illapu tiene variantes, mixturas, gamas de todos los colores, reflejo de su hogar y de su historia. Un saxofón se une al charango y la música carnavalera llena entre las filas de coreografías improvisados entre las filas, y bailarines que saben como divertirse.
El grupo invitó al escenario al Dúo Coplanacu. Los dos conjuntos cantaron la Zamba de Lozano, de Cuchi Leguizamón. La bienvenida que el público le dio al dúo puso en evidencia el afecto que une a los coplanacu con el Festival de Cosquín. El conjunto Illapu recorrió temas como ¿qué hacen aquí? Y Sincero, Positivo; entrelazando ritmos de los pueblos latinoamericacnos. Mientras la plaza cantaba cada letra, el público deleitó con su modo mestizo. Cuando el repertorio fue concluído, la ovación fue tal, que el conjunto debió regresar al escenario para brindar un poco más de su música. La fiesta se llenó de la armónica de Paco Garrido, Los Soñadores, Cantoral y Los Jilgueros. Por su parte, Bruno Arias, invitó al Ballet ganador del Pre-Cosquín 2009 Juventud Prolongada, procedentes de la cede San Pedro de Jujuy. De esta manera, los bailarines acompañaron la música norteña, coronando la noche coscoína.Ya se preparaba el ritmo de la chacarera traida de la mano de Los Carabajal en el cierre.
MARINA SANCHEZ RIALREDACCIÓN AQUICOSQUIN.ORG
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